La inteligencia artificial (IA) ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años y una de sus aplicaciones, el ChatGPT, está levantando ampollas entre algunos profesionales. Y es que al estar específicamente diseñada para tareas de chat y generación de contenido nos debemos plantear… ¿vamos a ser prescindibles aquellos que nos dedicamos a la creación de textos periodísticos, a las redes sociales o a otro tipo de contenidos corporativos?
Una marca auténtica
El hecho de que la inteligencia artificial esté creada para analizar y replicar patrones de contenido ya existentes, implica que los textos que generan sus herramientas pueden carecer de originalidad y autenticidad. Y además, sin duda, heredan sesgos y prejuicios que están presentes en los datos ya existentes. Por eso las empresas deben preguntarse ¿Quiero ahorrar costes o conservar mi carácter genuino?
Como indicaban en este artículo «las marcas auténticas tienen más posibilidad de conectarse con sus clientes en un nivel emocional». Y por eso, aunque se aumente la velocidad de entrega de información, para hacer artículo periodístico, por ejemplo, existen demasiados riesgos, ya que la IA puede generar noticias falsas o desinformación. A la larga esto socavará la confianza de los los medios de comunicación.
Lo mismo ocurre si las marcas utilizan la IA para redes sociales o contenido corporativo. ¿Cómo diferenciarte de la competencia si no hay creatividad y originalidad en tu comunicación?
Supervisión y control (como mínimo)
Como no se puede poner puertas al campo, lo que está claro es que aquellos que están utilizando el ChatGPT para la creación de textos, pronto van a darse cuenta de que es imprescindible (al menos) un buen profesional que supervise, verifique y controle. De esta manera el contenido no será monótono, cumplirá con estándares éticos, estéticos y de calidad.
¡Y todavía dependemos de las personas para esto!
(Imagen de frimufilms en Freepik)